miércoles, 13 de abril de 2011

Del Libro Autorretrato

jalisco

La quietud , pasar entre sables  a cuerpo suelto , resolutivo
Alcanzar la esfera de cristal , apegada a la suerte de cada alma
El caserío entre parientes, repartido huerto, me bebo un vino tinto donde jalisco
La música retumban después de unas copas, los pañuelos al hombre y sacudir las espuelas
Duros entre los duros , lema incrustados en los parajes detrás del arado, de sol a sol , de fruto en fruto que calo hijos de esa tierra quebrada
Un vaso en alto el orgullo de bofetear la adversidad
Como si fueran todos hijos de un solo hombre paridos de muchas madres
Callejón de bravos donde se probo el amor para levantar la falda bien cuidada
Y conversan de sangre guardada en secreto

Del Libro Autorretrato

Estela la noche ha caído en estas calles
 crueles mentiras
Estela de la noche ansiedades bañadas de vino
Estela la ferocidad de la sinceridad

No te sostiene esta patria hecha de palos de fósforos, de engaños políticos
Estela la fuerza de tu voz que golpeo el infierno

Del Libro Autorretrato

Al revés
La sangre de vuelta, el palpito del dolor a oscuras
Tanto tiempo lidiando con los escondrijos
Tanto tiempo sombras, millares hombres
La tristeza aborda hasta la rodilla
Se recoja la ola y golpea en la triste tarde
En este escondrijo de la vida, detrás de los portones de mi propio desierto
Se ahoga la voz del silencio impuesto.

Del Libro Autorretrato

En el sendero crepuscular, debajo de los sauces cristalinos de recuerdos
Frente al panteón el ángel fuma delicada mente
El olvido vigila el portón de la muerte

El suburbio, aguas servidas cuneta abajo limpian los pasos
La boca seca de besos
Tránsitos de caballos desbocados ,la muerte  ha sitiado el mercado
La vista cansada escombros de otros muertos desnudos con otros ángeles fumando por Recoleta

El crepúsculo es el amanecer de mis sueños
Luz anaranjada conbinado con cielo gris de mi medio siglo, se deshojan en mil fragmentos  
hojas húmedas

Envuelto en papel café amarrado con cáñamo, me envían a morir, con un sello sin remitente, nadie reclamo mis sueños, se esfuman, quieto sin aire, ataúd tenida eterna
Desnudes labios chismosos despedazandome, mi historia papel picado al aire.

domingo, 17 de octubre de 2010

De Fuego Negro

Fragmento 1953 

Adentro de un arco de llanto, que ningún ser humano ya jamas mirara, yo borrado, acuchillado, con la lengua quemada por el ancestro del pellejo universal, te seguiré llamando: viejo, ruinoso, muerto, sin cabeza, sin corazón, sin pupilas, hundido en lo infinito de lo infinito, y en el hoyo tremenda mente hondo de lo irreparabilisimo, que rodea la gran soledad catastrófica con que me va saludar tu actitud desecha cuando me acueste, cansado de estar cansado de cansancio, a todo lo largo y lo ancho de tus riberas irremediables, despedazado en la memoria de los siglos, contigo y los hijos y las hijas y los nietos y las nietas y los padres y las madres, te seguiré llamando; caídos los vestigios y desaparecidos, hundidos y perdidos definitivamente en las tinieblas de la materia que únicamente afligidamente, horridamente, alumbra cunado engendra, como un eco, un individuo, en aquel instante inmemorable en que no he de ser ni una sombre de una sombra, te seguiré llamando, y te seguiré llamando por los siglos de los siglos de los siglos, desde la eternidad vacia, te seguiré llamando... Aprendí a escribir adorándote, cantándote, idolatran dote, y hoy lanzo pedazos del mundo hecho pedazos a tu memoria, tronchado y desde abajo, por dentro de un montón de escombros, entre la sociedad que se derrumba, agonizando, y los pequeños chacales hambrientos, que ayudan el gran crepúsculo y en el cual todo esta roto y no tiene sentido, todo esta roto, todo esta roto, y por cuyo abismo se levanta las hachas y las horcas, entre las llamas amargas, desaforadas de las ultimas catástrofes, con un gran sinturon de terremotos y de cataclismo; ahora la aurora no volverá ha ser mas y los mundos oscuros, entre chocándose, rodaran, con migo adentro a la soledad enfurecida. 
Degüello mi lenguaje a tus pies y me arrojo como un toro oscuro y desnudo contra la nada.